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EN NUESTRA ÉPOCA LA NOTABLE PRESENCIA DE LA TECNOLOGÍA HA INFLUIDO EL QUEHACER ARTÍSTICO, POPULARIZÁNDOLO Y HACIENDO VER QUE, COMO QUERÍA NIETZSCHE, LA VIDA PUEDE SER UNA OBRA DE ARTE

El arte y la tecnología son dos rostros de la creatividad humana, dos que además se encuentran estrechamente relacionados, a pesar de las diferencias que en apariencia tienen entre sí. Aquello que hace el arte en no pocas ocasiones se ha logrado gracias a un desarrollo técnico específico, una tecnología cuya existencia permite al artista hacer o dejar de hacer determinada obra. Sí lo condiciona, pero posiblemente también lo incita a trascender esas limitaciones. Igualmente, no son pocos los casos en que los desarrolladores de tecnología se inspiran en el arte para generar nuevos artefactos que faciliten o mejoren nuestra vida cotidiana.
Curiosamente, esta última característica de nuestra época es de algún modo recíproca, pues también ha derivado en una suerte de popularización de cierta actitud artística frente a la vida. El hecho, por ejemplo, de que un teléfono portátil esté equipado con una cámara fotográfica de buena calidad, hace posible que al menos potencialmente cualquiera pueda tomar una buena fotografía, acaso también, por qué no, una fotografía artística. La tecnología moderna, a través de todo tipo de gadgets, pero especialmente a través de los smartphones que han logrado una enorme penetración, ha empoderado a los ciudadanos del mundo con la capacidad de ejercer y compartir una veta artística y capturar los momentos más significativos de su existencia de manera fluida.
Entre los últimos avances de esta tecnología de cámaras en smartphones podemos destacar el Nokia Lumia 925, que cuenta con óptica Carl Zeiss y seis diferentes lentes, además de la tecnología PureView que permite capturar imágenes de alta calidad en la noche (captando hasta cinco veces más luz que la mayoría de los smartphones).
Asimismo, la posibilidad de ajustar manualmente el enfoque, la velocidad del obturador, el balance de blancos y una serie de innovadores funciones, vuelven a este dispositivo una cámara profesional que amplía el margen de creatividad para el usuario, llevando las posibilidades de captación estética de un smartphone a un nuevo nivel. Como se ha demostrado ampliamente en la historia de la fotografía, es la manipulación de la escena, el juego de luz y del movimiento, la sutil y delicada conjugación de circunstancias materiales y técnicas, lo que hace posible el milagro secreto, el descubrimiento inesperado de esos detalles de la existencia que la lente revela al ojo profano y escéptico, imágenes que nuestro ojo desnudo creería imposibles y que, no obstante, gracias al artificio de la fotografía, se vuelven parte de nosotros y de la mirada con que hacemos nuestro el mundo.

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